
Las enfermedades del disco intervertebral son un problema endémico en la sociedad actual. La carga genética, los factores medioambientales y los hábitos de vida influyen de manera decisiva en el proceso de envejecimiento prematuro del disco.
Una vez el disco intervertebral ha degenerado, su desestructuración y rotura con salida del contenido al canal medular puede ser ocasionalmente la etapa final del proceso. Es lo que se denomina hernia discal. Los fragmentos de disco extruídos comprimen en mayor o menor medida las raíces nerviosas adyacentes, desencadenando el típico episodio de lumbociatalgia.

Proyección lateral

Proyección antero posterior
En otras ocasiones la artrosis condiciona un estrechamiento progresivo del canal medular, desencadenando lo que se conoce como estenosis de canal lumbar. En los peores casos los pacientes presentan una severa incapacidad para caminar distancias superiores a los cincuenta o cien metros.
Cuando el tratamiento conservador con antinflamatorios, reposo, fisioterapia o infiltraciones epidurales fracasa, la cirugía es la única alternativa. Cuando el resto de las articulaciones del segmento vertebral están afectadas, existe inflamación en los platillos vertebrales o desplazamiento de unas vértebras sobres otras (listesis) la artrodesis lumbar suele ser la mejor opción.
La artrodesis supone la fijación con dispositivos especiales de tornillos y minibarras y/o pequeñas cilindros metálicos del segmento vertebral inestable. Esta técnica se asocia al aporte de algún sustitutivo óseo con factores de crecimiento para conseguir la unión biológica entre las vértebras y en ocasiones al ensanchamiento (descompresión) del canal medular estrecho.
El paciente intervenido mediante esta técnica invasiva puede comenzar la deambulación a los dos días y recibir el alta hospitalaria a los cuatro o cinco días de la intervención. La recuperación completa para realizar actividades de esfuerzo, incluido el deporte deberá retrasarse hasta los seis u ocho meses. Los tres primeros es aconsejable utilizar un corsé o lumbostato diurno. Los resultados en cuanto a alivio del dolor y recuperación de la función con esta técnica superan el 85% si la indicación es correcta.