Las prótesis de cadera y rodilla han significado el avance más asombroso experimentado por la cirugía ortopédica durante el siglo XX. Infinidad de pacientes se beneficiaron de la sustitución de sus articulaciones deterioradas por prótesis de aleaciones metálicas y polietileno que les permitieron volver a una vida activa. Se utilizaron innumerables modelos de prótesis con materiales y diseños que se vieron rápidamente superados por otros más resistentes y duraderos.
Ahora hemos empezado a pagar el precio de aquel boom. Es el final de la era de las primeras prótesis articulares y el comienzo de una nueva, la de los recambios de prótesis. El problema surge al enfrentar-nos a pacientes de elevada edad, con implantes de mas de 15 o 20 años, que han perdido la mayor parte del stock óseo sobre el que se fijaban las prótesis originales. Los problemas técnicos, la duración de las cirugías y los tiempos de recuperación se disparan para obtener unos resultados poco predecibles.
Es de esperar que con los novedosos materiales y diseños de prótesis aparecidos en este siglo, estos nuevos problemas se conviertan con el paso del tiempo en viejas historias.

